Publicidad política desesperada

Por: Camilo Tamayo

"Lo importante es la estrategia, no la tecnología"

Rahaf  Harfoush

Estratega de Comunicaciones de la Campaña Yes We Can 

que llevó a Barack Obama a la Casa Blanca

Debo comenzar estas líneas expresando mi pena por el hecho de que a pesar de que Bello sea uno de las ciudades más políticas del país, evidencie un nivel tan bajo en el desarrollo técnico de sus campañas políticas.

Con el paso de este mes electoral he ido categorizando los candidatos que quieren llegar al Edificio Gaspar de Rodas y al Recinto del Concejo Municipal. Viendo a unos y otros, me causa escozor ver lo que son capaces de hacer algunos ciudadanos para ostentar el poder. Este es el producto del ejercicio:

Los ensuciadores:

El objetivo de las campañas de las que sólo vemos publicidad parece ser sólo ese: ensuciar la ciudad con afiches, pasacalles, pendones, volantes, microperforados, tal vez esperando a que el electorado llegue a la urna a votar por aquel ciudadano que no hizo más que contaminarle su visión. Estos candidatos solucionan con plata lo que les queda imposible en el plano de las ideas. Para mí,  y sé que para muchos ciudadanos que se hartan de este afán propagandístico, votar por un candidato que ensucia  la ciudad con su imagen, es ser cómplice  de un dirigente que en el ejercicio de sus funciones siga ensuciando nuestra historia.

Los mentirosos

Frases y slogan de campaña parecidas a:  “voy a cambiar la ciudad”, “transformaremos a Bello”, “Renovaremos la ciudad”, me suenan como a: “A luchar por la justicia” o “hasta el infinito y más allá” que dicen los Superheroes o Buzz Ligthyear que no son si no personajes nacidos en la ficción. El Mesías no ha vuelto y Jesucristo ya resucitó, así que no le creo ni una letra a aquel candidato que propone cambiar mi ciudad en 4 años. El desarrollo de Bello ya es evidente y ha sido producto de un proceso de cambio en el que han participado muchos actores, así que con ese cuento a otra parte.

Los demagogos

Se refiere a aquellos que critican y critican las acciones de la administración y no les sirve absolutamente nada. También están los que hablan muy bonito o enredado para captar votos, pero de acciones puntuales nada. En esta categoría se encuentra uno de los que aspira a quedarse con el despacho de Óscar Andrés Pérez Muñoz. Habla, vocifera, critica, denuncia contratos que se le han ido por la culata y lo peor, tiene rabo de paja, sólo basta con saber el nombre de su antiguo jefe político para desatar el nudo de su pretensión. En ese círculo también incluí a un candidato que puso a depender su imagen política de la imagen, por demás llena de mentiras, de un aspirante a la Gobernación.   Pero de este lado, del que muchos saben que hago parte, también existen de esa clase y son muchos, por ejemplo: un candidato promueve sus ideas ambientalistas fijando pendones en un considerable número de postes, uno de ellos es la “plataforma” sobre la que se ubica una de los “basureros” más vergonzosos de la ciudad.

Los buenos candidatos con pésima estrategia

El actual concejo cuenta con uno que otro concejal que apuesta por una mejor ciudad para todos, pero seamos sinceros: a los concejales los elegimos, según el Artículo 313 de la Constitución Nacional, entre otras acciones, para que  reglamenten las funciones y la eficiente prestación de los servicios a cargo del municipio, no para ser pseudo alcaldes o Secretarios de Infraestructura. No está en las funciones de este cargo construir obras. Es distinto que aprueben presupuestos, gestionen ante el alcalde las necesidades de algunas comunidades, ¿pero que hagan las obras?, esas se “levantan” por voluntad del burgomaestre o por la evidente necesidad de la comunidad, no porque el concejal se sacó los billetes de su bolsillo para hacer posible la construcción. Seamos sensatos, no alimentemos la ciudadanía activa con mentiras. Me sorprende que tengamos tan buenos concejales pero que tengan que acudir a esta estrategia tan poco ortodoxa. Como dato particular: una obra que actualmente se construye tiene 5 candidatos como “constructores”. Pero además, a un candidato le ha alcanzado para construir canchas, bloques de instituciones educativas, acueductos, entre otras. Estas obras sólo le caben en un Informe de Gestión a Nicolás Rave y al Alcalde.

Los “Casasola”

Aquí incluí al que tiene todo para ganar, pero si el panorama electoral fuera otro cualquier asesor usaría sus debilidades en contra. Eso va desde la presencia, pasando por el discurso, hasta la excesiva exposición en publicidad exterior.

Los paracaidistas

Son aquellos que nadie comprende cómo se atreven a aspirar a un cargo de elección popular. Conocen 30 amigos y se quieren lanzar al concejo porque la gente les dice que hablan muy bonito o tienen buenas ideas. Aspirar a un cargo como estos es un derecho constitucional al que cualquiera, sin antecedentes judiciales, puede acceder, pero amor no quita conocimiento.  Para ser elegido se necesita de una buena dosis de liderazgo y acciones concretas para el beneficio de las comunidades. En esta categoría están algunos presidentes o miembros de Juntas de Acción Comunal que usaron estos entes comunitarios como trampolín, pero que no han hecho nada. Conozco la experiencia de una cuadra donde viven dos candidatas, las dos de la misma lista. ¿No era más fácil unir esfuerzos?, las dos se queman.

Los empresarios

Son aquellos que tienen mucha plata producto de sus empresas, que los pica el bicho del poder y quieren ser elegidos. Nunca he creído en estos tipos, vean a Piñera y sus marchas estudiantiles. Yo les sugiero que se dediquen a los que saben hacer, “zapatero a sus zapatos”.

Los candidatos bisiestos

No son difíciles de conocer, son aquellos que tocan tu puerta cada 4 años.

Las oficinas de empleo

Son aquellas campañas que se dedican a ofrecerle empleo a todo el mundo. Lo peor es que la gente les cree.

Los malos usuarios de las redes sociales 
Están por estar en Facebook y Twitter, sus trinos son de presentación y sus páginas y perfiles de Facebook sólo le sirven a Marck Zuckerberg para decir que tiene unos usuarios más. La red social funciona cuando hay una plataforma base (sitio web) que amplíe la información, están por moda y por que alguien les contó que Obama ganó así. 

El ejercicio de categorizar continuará. Por ahora, tengo que reconocer que me sorprenden positivamente algunas campañas. De la que soy comunicador, ya conozco de sobra las críticas, casi todas sin argumentos, para el que discrepe se le tiene un mensaje: la  opinión la respetaremos, la analizaremos, si la tenemos que fortalecer lo haremos o, simplemente, no la compartiremos.

Hacer política no es difícil, la clave está en servir, si de verdad lo has hecho pensando en el desarrollo de la ciudad el voto será producto de tu esfuerzo. Por eso creo en una política que no dependa de engrudo y cartel para convencer.  Estoy seguro de que tener más publicidad puede traer menos votos y que para ganar elecciones no se puede acudir a la Publicidad Política Desesperada.

Colofón

Me parecen patéticas las campañas que consideran que a través de la compasión se obtienen votos.

Aclaraciones de campaña
¿Vallas?. 
Si, 1.
¿Afiches?
Si, 1000 y sólo se fijan en las ventanas de los líderes.
¿Pasteles?
Si, 5000
¿Plegables?
Si, 2000 y sólo para los que realmente son electores.
¿Microperforados?
Si, 34 en carros propiedad de líderes. No se paga $1.
¿Pendones?
Si, 100 y a petición de los líderes que los pondrán en sus casas.
¿Camisetas?
Sólo para el Equipo Estratégico

Nota al margen: Me abstengo de publicar fotos de evidencia, por eso,  al que le caiga el guante…