Para
conocer las reales intenciones de Ariel Ávila con su evidente estrategia de
desprestigio al proyecto político Suarista, solo es necesario dar un vistazo
rápido al hombre detrás de la Fundación Paz y Reconciliación y el devenir de
esta “organización”, que de “paz y reconciliación” no tiene si no el nombre
porque su accionar siempre ha estado ligado a perseguir, desde la extrema
izquierda, a dirigentes de derecha que para ellos deben ser considerados
personas no gratas en el poder, además de acceder a millonarios contratos con
el Estado para proyectos vinculados con el proceso de paz con las FARC y el ELN,
del que Ávila ha sido nombrado como el publicista.
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Ver: “Ariel Ávila: socio de León Valencia, publicista del proceso con las Farc y el ELN y contratista del gobierno Santos”
Ver: “Negocio redondo de León Valencia con la paz en Santa Marta: más de $2 mil millones encontratos”
Ver: “Negocio redondo de León Valencia con la paz en Santa Marta: más de $2 mil millones encontratos”
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Guerrillero será guerrillero siempre, por eso no se puede pasar por alto que León Valencia es un bandido - nunca dejará de serlo - que empuñó las armas y después ha dedicado sus días a tratar de empañar proyectos políticos para beneficiar a sus cercanos, lección que aprendió muy bien su pupilo Ariel Ávila que hace unos días en la Revista Semana recomendaba como candidato al díscolo León Fredy Muñoz y la semana pasada era el alfil de un publirreportaje de publicidad política pagada emitido a través de Noticias Caracol. Un refrito colmado de imprecisiones y con carente novedad, pero abriendo el noticiero y extendiendo su duración a casi siete minutos, soportados en una intencionada vocalización cizañosa de la periodista Marcela Pulido. Un “informe” completamente tendencioso y convertido en evidente pieza de campaña negra que hasta el más inocente o acomodado lo interpretó así, tanto que hoy la pregunta que ronda es “¿y cuánto valió?”
Acto seguido el contratista estatal sacó del mundo de la fantasía unas supuestas amenazas en su contra emulando a León Fredy, su amigo de batalla, que en 2016 ya puso en marcha este modus operandi que culminó en un "atentado", que es bien referenciado en la ciudad como un "autoatentado" y que las autoridades, en este caso sí, engavetaron.
“Señor”
Ariel Ávila, usted es un irresponsable, por eso a través de estas líneas lo que
pretendo es exigirle que nos deje en paz. Que deje en paz a mi abuela que es
una matrona del barrio El Carmelo que es amada por toda la comunidad y es
Suarista, que deje en paz a mi abuelo que es el líder más rutilante del barrio
y es Suarista, que deje en paz a una señora que desde un restaurante
comunitario en Niquía le quita el hambre a los niños menos favorecidos del
sector y es Suarista, que deje en paz a los líderes deportivos, sociales y
culturales que son Suaristas, que deje en paz a la niña de nueve años a la que
le están haciendo bullying en su salón porque sus padres son Suaristas, que deje
en paz a todos los líderes Suaristas que llevan años aportándole a la ciudad y que
lo único que empuñan en sus manos son las ganas de sacar adelante a sus comunidades
y, por último, que me deje en paz a mí, que soy Suarista, que le he entregado
alma, vida y corazón a esta tierra para que en el mismo canal usted señale que “hay
que ser bandido para pertenecer a esa familia en términos políticos”. Se
equivoca, Ariel. Aquí, en Bello, el que ha trabajado con bandidos es usted y
eso quedará demostrado.
En nombre
de muchos jóvenes, señoras y señores de Bello y Antioquia, hombres y mujeres
honorables y entregados a la construcción de tejido social, le exijo que nos
deje en “paz y reconciliación”, esa con la que ustedes se llenan los bolsillos,
llevan en su nombre pero no ponen en práctica.
Nosotros
unidos, como siempre lo hemos sabido ser, emprenderemos acciones legales para
que usted restituya nuestro derecho al buen nombre y a nuestra honra.
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