Campañas, no trincheras.

Por: Camilo Tamayo

Dice un refrán popular que “el que siembra odio, cosecha tempestades”. Ese odio es el centro de este artículo porque ese acto es el que se evidencia en la carrera por la Alcaldía. En Bello estamos en campaña electoral, no en guerra. 

Ya he manifestado en repetidas ocasiones que desde muy niño la política empezaba a cautivarme. Con el paso de los años he comprendido que los procesos electorales son eso y nada más: procesos para elegir a un ciudadano para que ocupe una dignidad por un tiempo. Con esto lo que quiero decir es que el deber ser del proceso electoral es el debate de ideas, no hay otra justificación posible. Cuando una campaña política concentra sus acciones en el descredito, evade la necesidad de que los ciudadanos se informen de su propuesta, por tanto evade la contienda electoral.

Jürgen Habermas  - Filosofo y Sicologo Aleman

Parafraseando a Jürgen Habermas en su Teoría de la acción comunicativa, la opinión pública, informada y formada, otorga legitimidad al proceso democrático. La opinión pública es la única que se puede constituir en la garante de la democracia. Eso es precisamente lo que pasa en nuestra ciudad por estos días, que una candidatura no desarrolla un proceso racional de información y formación. Lo que tendríamos que esperar de una jornada eleccionaria es que los candidatos centren sus fuerzas en cautivar al electorado a través de sus ideas, pero eso no es lo que ofrece la candidatura roja (verde, amarilla, florecida).

Lo único que uno escucha de los militantes de esa causa es el consabido sainete: “hay que acabar con los Suárez”, ¿y?, ¿qué propuesta hay ahí?. No hay propuesta, aunque la tengan, porque su estrategia es sectaria. Como lo he expresado en mi perfil de Facebook: “tumbar ese argumento es facilísimo” y lo es porque, sin hablar mal de ella, uno habla de una realidad que el ciudadano vive, no una que se inventaron.

Veo con tristeza que algunos amigos y conocidos que apoyan la otra candidatura hoy no sean capaces de saludar tal como lo hacían hasta hace unos meses. Esto no da para llorar, ni quedarme pensando un día entero en el tema, da para repudiar que conviertan una campaña política en una trinchera. A ellos y a todos les digo que yo he sido un ser respetuoso de decisiones personales y políticas porque creo y defiendo la autonomía. Así mismo, da grima la actitud desafiante y violenta que brota por los poros de quienes acompañan a la candidata Liberal y causa desazón que quieran convertir las urnas en una balanza que define quién es el bueno y quién es el malo en la ciudad. Ambas candidaturas están en el ejercicio constitucional que les confiere la ley de ser elegidos y por tanto ni los unos son los buenos, ni los otros son los malos.

Aunado a los argumentos anteriores se quiere dejar la sensación de que desde la campaña de Carlos Muñoz se está orquestando la campaña negra. Señores, si lo que quieren escuchar es qué piensa la campaña al respecto, pues estas estrategias están prohibidas y las repudiamos de lado y lado. Continuamente se escuchan lo que he llamado “lamentos falsarios” de pasquines y de supuestas acciones que desacreditan la labor de Luz Imelda. Como es de público conocimiento Carlos Muñoz y la estrategia web 2.0 hablan de propuesta, nunca expresan comentarios que atenten contra cualquiera de los aspirantes. Hacerse la víctima no es una opción válida para nuestra contienda. Durante los actos públicos fueron pan de cada día las provocaciones, las injurias, las calumnias y cualquier acto desobligante en contra de la campaña azul.

Para terminar, podemos ver la “disputa” que han propuesto con los promotores del voto en blanco. ¿No tienen igual derecho que ellos?, ¿quién se opuso a su campaña del voto en blanco hace 2 meses?. El argumento que esgrimen, con poca evidencia, es que es otra campaña orquestada por los Suárez y Roldán. Recurriendo a artimañas dialécticas quieren demostrar que el voto en blanco ya no tiene validez. ¿No tiene validez que en Bello vivan ciudadanos que no concilian con ninguna de las 6 propuestas?, ¿no son ellos Bellanitas y tienen derecho a protestar?, así no gane el voto en blanco, es y seguirá siendo una opción válida para la ciudadanía. Vallas quemadas, robadas, amenazas y contradicción total son la respuesta de la campaña liberal.

Por donde se mire, los simpatizantes de Ochoa se han propuesto proponer el odio como estrategia para acceder al poder, acción que no corresponde con las teorías de Habermas, ni las de Chomsky y Lippman cuando hablan de la ciudadanía como “rebaño desconcertado” que, para este caso, sólo es invitada como espectadora a un show en el que las propuestas no están presentes. 

Estas líneas no corresponden a una lectura de debilidades para perder las elecciones porque éstas sólo se ganan el domingo, ni una denuncia a estrategias oficiales de campaña porque quiero aclarar que reconozco que no es una actitud alentada por los cuadros principales de la campaña de Ochoa, si no un acto espontaneo de sus simpatizantes, pero que de algún modo pudo ser canalizado.

El domingo cantará victoria no el más malo, ni el más bueno, sea quien sea yo sigo esperando que en Bello no sea el odio el que traiga las tempestades por que estamos en campaña, no en una trinchera.

De colofón

Allá tampoco están los intelectuales y aquí los poco preparados. La campaña de Carlos Muñoz y nuestro proyecto político cuenta con personas competentes para las actividades que desarrollan.

Debatan con argumentos, con propuestas realizables, no con sueños. Los gobernantes tienen que prometer acciones que puedan cumplir en el periodo constitucional para el que van a ser elegidos.

Invitación