Roy Lichtenstein - Hey You
Hoy
inicia la sexta edición de las Fiestas del Cerro Quitasol y con ellas la puesta
en marcha de uno de los deportes que más dominan los bellanitas: criticar.
Y
es que hasta para indignarse hace falta conocimiento. La protesta frente a la
situación que vive la Institución Educativa Gilberto Echeverry indigna a
algunos ciudadanos por que, según ellos, lo que se invierte en las Fiestas,
debería ser destinado a la construcción del colegio. Señores criticones: 1. Un
colegio con las especificaciones del Ministerio de Educación Nacional vale más
de $10.000 millones, 2. Tranzar con ese dinero de la manera que proponen haría
incurrir al Alcalde en destinación indebida de contratos, un delito contra el
erario público, 3. la Alcaldía no incurre en ninguna falta por no construir el
colegio que quieren los padres, por que
como ente territorial está en la obligación de garantizar el cupo a los
estudiantes y así lo está haciendo, 4. En la institución estudian niños y
jóvenes de otros barrios y comunas y lo más probable es que cerca a su
residencia los planteles públicos tengan los cupos disponibles para ellos y 5.
Esfuerzos y gestión si ha realizado la Administración Municipal, en 2010 se
entregó un bloque financiado con los excedentes de la Cooperativa Jhon F.
Keneddy.
Para
momentos como estos salen los antisuaristas a decir, sin fundamentos, que al
Suarismo no le interesa la educación. Señores, en los últimos 10 años los
gobiernos suaristas han remodelado casi la totalidad de la infraestructura
educativa de la ciudad, de eso son ejemplo las instituciones educativas La
Gabriela, Guasimalito, Nueva Generación, Alberto Lebrum, Abraham Reyes, Josefa
Campos, Mirador, Cincuentenario, Playa Rica, Villas del Sol, Carlos Pérez,
Sagrado Corazón, Tomás Cadavid, Raquel Jaramillo, La Milagrosa, San Félix, La
Unión, Federico Sierra, Centenario (antes Zamora), Atanasio Girardot, Concejo
de Bello, Liceo Antioqueño y el Megacolegio Marco Fidel Suárez que hoy se
encuentra en construcción.
Volviendo
al tema Fiestas. Como estas manos que escriben participaron en el diseño de las
Fiestas en el año 2009, puedo decir que uno de los antecedentes que les da vida
era la constante petición a la Administración Municipal para que organizase una
festividad que nos identificara como bellanitas. Las Fiestas del Retorno y la
Fiestas de la Antioqueñidad eran tan externas a nuestra idiosincracia como
quiera que ambas se celebran en muchos municipios, sin ser exclusiva de alguno
de ellos. Recuerdo que el hecho de que Bello no tuviera una fiesta propia era
argumento de la oposición para rasgarse las vestiduras y afirmar que no se
pensaba en el sentido de pertenencia. Pero cuando al suarismo se le ocurrió
consolidar unas fiestas para la ciudad, cada año unos cuantos “peliadores de
contratos” se han opuesto a la festividad
por cualquier motivo, por mínimo que sea, solo hasta que se les otorga el
anhelado contratico.
Pero,
¿qué puede pensar uno de los criticones de oficio si tienen a la cabeza al
concejalucho del Partido Verde?, no es si no escucharlo o leerlo para pasar por
alto sus payasadas al ver que sus secuaces no faltan en el VIP.
Pero
esos son los criticones que uno conoce y ya no causan ni rabia. Otros por el
contrario critican a diestra y siniestra, pero luego se hacen tus amigos en la
calle para pedirte una boleta para el gran concierto.
Recuerdo
que por allá en los 90, Rodrigo Arango trajo para su campaña, a Henry Fiol y
Celina y Reutilio, pero de ahí en adelante, hasta el 19 de abril de 2009, que
trajimos (así lo puedo decir) a Jean Carlos Centeno, como abrebocas a la
primera edición de las Fiestas, jamás se presentó un artista de nivel en la
ciudad. De ahí en adelante los artistas presentes pasan por nombres como el
Grupo Galé, Grupo Caneo, Son de Cali, Jorge Celedón, Henry Fiol, Richie Ray y
Bobby Cruz, Diomedes Díaz, por mencionar
solo algunos. ¿Entonces los bellanitas no teníamos derecho a conciertos de esta
magnitud?.
Ahora,
uno los escucha peleando por los grandes conciertos, a lo mejor por la falta de
una manilla para el VIP, pero habrá que ver su ausencia en eventos más pausados
como el Salón Municipal de Artes Visuales, el componente educativo y ambiental,
el Festival de Tango o las tarimas descentralizadas, hasta el Festival de
Rodillos pasan por alto. ¿Entonces donde nace la indignación si allí es donde
está el génesis de la festividad que nos congrega?.
¿Todo
es color de rosa?, por supuesto que no. Falta ajustar algunos asuntos, pero
mientras se haga el esfuerzo gubernamental para unir a la ciudadanía frente a
las Fiestas, vale la pena dar el espaldarazo. Pero ojo, el esfuerzo no solo es
del alcalde y los organizadores. Yo quisiera conocer una propuesta frente a las
fiestas que sea trabajada con juicio por miembros de la comunidad, una
propuesta que gestione recursos y luego venga y ajuste con los que permite la
Alcaldía. Pero no se puede seguir viendo como la fuente del contratico. El
ciudadano también puede ser propositivo y serlo con organización, uniéndose a
otros para alcanzar un propósito. Estoy seguro que una propuesta así no tendría
resistencia.
Lo
que pienso (nadie más tiene que pensarlo así), es que Bello es una ciudad
demasiado bonita para honrar su riqueza, por eso no haría nada que tenga que
ver con las Fiestas en Medellín. Sea por comodidad o no de los periodistas, si
uno comunica bien un asunto, el periodista llega donde sea por que quiere
conocer qué es eso con lo que lo quieren atrapar. Lo otro es que haría un acto simbólico
el 1 de Julio de cada año y pondría al ciudadano como protagonista de él.
Finalmente retomaría el desfile de comparsas y estampas típicas. Pensarlo y
decirlo solo busca exteriorizar algo que siento como ciudadano, de ninguna
manera es una crítica a tal o cual persona o proceso. El tono en el que lo
emito a través de mis cuentas sociales solo responde a la tristeza que me
produce, nada más media mis palabras.
Inician
once días de Fiestas y empieza la crítica desmedida por que en Bello se
critican por deporte, como si le tuvieran precio a la hora por criticar.
____________
De
colofón
Uno
tiene que fijarse muy bien qué hizo su jefe político para que al criticar las
palabras tengan peso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante